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Primeros Auxilios Emocionales

A menudo pasamos por situaciones críticas en nuestra vida, tanto nosotros como la gente a nuestro alrededor. Y también, bastante a menudo, sucede que los más cercanos nunca sabemos cómo actuar para ayudar al otro, el cual vemos que está sufriendo.

A continuación te voy a dar una pequeña guía para que puedas seguir en casos de emergencia emocional, ya sea con un familiar, amigo o un simple desconocido al que te acabas de encontrar.

Pregúntale qué necesita de ti

Normalmente nos apresuramos a hacer algo para llenar el contacto con el otro o porque, simplemente, no sabemos qué hacer y pensamos que así, tarde o temprano, haremos algo correcto.

La verdadera escucha implica la no-acción de entrada y esto pasa por una sencilla pregunta ¿qué necesitas de mi ahora? Dale tiempo y espacio para que la persona lo piense y te de una respuesta. Y, si no te la da, pregúntale ¿quieres que me queda aquí contigo? Si te dice que sí, al menos, ya tendrás algo que hacer: estar a su lado, acompañando. Puede que entonces, al cabo de unos momentos, la persona te indique algo que sí puedas hacer para ayudarla.

 

Solamente escucha y valida

El siguiente paso consiste en escuchar sin dar consejos ni enjuiciar. Esta forma de escuchar propicia que la persona se sienta segura y cómoda para soltarlo todo, incluso aquello que más vergüenza o miedo le pueda dar. Además, ir validando lo que dice con «es cierto, estás así», «sí, estás muy triste» o «sí, te sientes muy mal», etc., ayuda a que el otro sienta que verdaderamente lo estás viendo y aumenta el vínculo sanador.

 

Deja que exprese sus emociones

A menos que vaya a correr peligro de dañarse a sí mismo o a ti, es importante que dejes que la otra persona exprese cualquier emoción. Puedes presenciar un derrumbamiento en toda regla y, sería bueno, que simplemente lo sostuvieras, escuchando y dando espacio. De nuevo, si ves que el otro está muy triste y no para de llorar, jamás le digas «no llores, tranquilo…». Al contrario, dile «tranquilo, puedes llorar cuanto quieras…». Procura no bloquear su intento de llorar con tus palabras, ya que el hecho de expresarse le ayudará a liberarse del dolor.

 

Haz contacto físico

Generalmente, las personas que están mal no son las que buscan el contacto y, paradójicamente, son las que más lo necesitan. Con sutileza y dependiendo de la confianza que tengas con el otro, procura tenderle un brazo o tocarle la mano suavemente. Esto ayudará a que el otro se sienta sostenido y acompañado y, en muchos casos, propicia la catarsis emocional que necesita para quedarse aliviado.

 

Al final, tu también puedes expresarte

Te lo dirán pocos psicólogos, pero yo soy de la opinión de que, ya que todos somos humanos, también los que estamos escuchando nos vemos reflejados y resonamos con los problemas de los otros, así que, sin invadir ni quitar protagonismo, sería interesante, si te has sentido removido, que se lo pudieras expresar.

Se me ocurren algunos ejemplos para devolver un feedback a alguien que está mal: «Al escucharte, yo también he contactado con mi tristeza cuando me pasó tal y cual cosa…» o «nunca te había visto así, y ahora me siento más conectado contigo que nunca…». Este tipo de devoluciones, ayudan a que el otro se dé cuenta de más cosas sobre sí mismo, y es información muy valiosa para su proceso personal.

 

Sea como sea, recuerda que estamos hablando de primeros auxilios y que, en ningún caso, esto puede sustituir un proceso de terapia a largo plazo.

 

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