09 Ene La dieta paradójica o cómo adelgazar comiendo lo que te gusta

De todos es sabido que las dietas nunca suelen funcionar y que, en el peor de los casos, producen efecto rebote provocando aún más ansiedad y baja autoestima en la persona que la realiza.

Creo firmemente en que la base de una buena salud es también una buena alimentación pero, también es cierto que nuestra alimentación está inevitablemente relacionada con la emoción, puesto que hay un factor que los dietistas o aquellos que siguen dietas no contemplan: los humanos (también y sobretodo) comemos por placer.

Y el placer, en una dieta estricta con restricciones y prohibiciones, se ve anulado por completo. Esto produce un efecto de inseguridad aún mayor en la persona que la sigue, puesto que siente que tiene absoluto descontrol sobre sus antojos (por otro lado normales, puesto que le han quitado el placer de su alimentación).

Giorgio Nardone, es una psicólogo italiano, creador de la Terapia Breve Estratégica, que considero muy eficaz en casos de obsesiones, ansiedad, fobias y trastornos alimentarios, entre otros.

Nardone explica que las dietas se basan en la idea de control y sacrificio, interfiriendo en la relación causal que tenemos con los alimentos: el placer. Desde esta conclusión, propone una estrategia breve de intervención psicológica priorizando el placer, de este modo, la persona deja de sentirse mal con la dieta, y acaba adaptando un estilo de vida saludable.

¿Y cómo funciona la dieta parádojica?

Concretamente, la consigna inicial y principal que nos explica Nardone, es la de comer aquello que se desea comer (dulces, salados o alimentos que generalmente sería prohibidos en una dieta clásica) en las tres comidas diarias, sin limitaciones. Lo único que dice y es importante a tener en cuenta es: «Come solamente lo que deseas y te gusta más, y solamente en las 3 comidas principales: desayuno, comida y cena». Es decir, no vamos a comer los dulces a entre horas o durante la noche cuando nos despertamos y vamos a la cocina, etc.

De esta manera, estamos eliminando las tentaciones ya que aquello que más nos gusta comer deja de estar prohibido y, paralelamente, la persona se siente menos ansiosa y más conectada con los deseos fisiológicos reales de su cuerpo. Con el tiempo, uno deja de engordar o sencillamente adelgaza paulatinamente.

Cuando algo deja de estar prohibido, quizás al principio lo comamos compulsivamente porque nos encanta, pero acabaremos por cansarnos de aquella comida ya que no nos producirá tanto placer, con lo cual será muy fácil dejar de comerlo y acabaremos por centrarnos en comer alimentos más sanos y nutritivos.

Además de dar una indicación centrada en la comida, se guía a la persona a realizar algún tipo de ejercicio físico. Se elige una actividad física que le dé placer a la persona para que pueda mantener como un hábito en su vida. Son numerosos los estudios de la medicina que apuntan a los múltiples beneficios psicofisiológicos que se obtienen con la práctica deportiva.

Oscar Wide: “La única forma de vencer a la tentación es ceder a ella”.

De forma natural, la persona abandonará los alimentos prohibitivos y se iniciará en una búsqueda de aquello que le sienta mejor. Además, el hecho de sentir que puedo elegir no comer aquello que no me va bien, genera una sensación de control y consiguiente aumento de la autoestima. Antes, cuando nos prohibían algo, lo deseábamos aún más, y sentíamos que ese alimento nos controlaba a nosotros en lugar de controlarlo nosotros a él.

Este tratamiento conlleva otras fases del proceso y, por eso, es recomendable que puedas hacerlo bajo la supervisión de un psicólogo especializado en el tema.